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lunes, 13 de junio de 2016

Mantequilla de almendras

Bienvenidos de nuevo a "La Mezcla Leal", Sara a los aparatos. Hoy os traigo una receta muy simple, si se puede llamar receta. Se trata de cómo hacer tu propia mantequilla de almendras en casa.
Que no os engañe el nombre. Al igual que pasa con la mantequilla de cacahuete (Ver Receta), la mantequilla de almendras no lleva nada de mantequilla. Es más, es un producto muy saludable y muy recomendado, ya que los únicos ingredientes que vais a necesitar son almendras.
Lo podéis gastar como relleno de sandwich, en smoothies, batidos, etc. A mi me gusta añadirle un poco de mantequilla de almendras a mi yogurt con muesli y frutas que suelo desayunar. Le aporta un sabor fantástico y proporciona un extra de energía, para aguantar toda la mañana sin hambre.
La cantidad de almendras dependerá de la cantidad de producto que queráis. Pero, para que la receta funcione, se recomienda que mínimo se utilicen 200g de almendra.
Si os animáis, compartid vuestras fotos en el instagram, twitter y facebook del blog.
Espero que os guste.



INGREDIENTES

Mínimo 200g de almendra

ELABORACIÓN

Para todo el proceso se necesitará una procesadora de cocina.
Las almendras las podéis comprar crudas o ya tostadas. Recomiendo comprarlas crudas y tostarlas en el horno, porque si se añaden calientes y recién hechas a la procesadora, será mucho más fácil que la almendra expulse su aceite natural, ayudando a crearse la textura de mantequilla.
Colocad todas las almendras dentro de la procesadora y ponerla a máxima potencia. Veréis que al principio las almendras se harán polvo y empezarán a pegarse en las paredes de la procesadora. Es por eso que, de vez en cuando, habrá que abrir la licuadora y con una espátula o similar, retirar la almendra de las paredes.

A medio camino
Llegará un momento en el que las almendras empiecen a expulsar su aceite natural y a quedarse de una textura más líquida. Continuad hasta que consigáis a textura que más os guste. A mi me gusta más espesa que líquida.

¡IMPORTANTE!

Es muy posible que tengáis que hacer alguna pausa que otra si gastáis una procesadora no muy potente. Si no hacéis pausas es posible que sobrecalentéis el motor y rompáis la máquina. Revisad la temperatura del motor de vez en cuando, para evitar disgustos.

¡Ñam!
¡Que aproveche!

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