Cómo preparar Quinoa

Bienvenidos de nuevo a "La Mezcla Letal", Sara a los aparatos. Hoy os voy a explicar cómo cocinar la quinoa, para que quede en su textura correcta y no amargue.
Para aquellos que no lo sepáis, este superalimento es un grano que poco a poco se está haciendo un hueco bastante importante en las dietas alimenticias de todo el mundo.
¿Por qué? porqué este pseudocereal es rico en proteínas, vitaminas B, C y E; y con un alto contenido en minerales, entre otras propiedades. Pero lo más importante de todo es que es libre de gluten, por lo que su consumo es apto para celíacos.
Por otro lado, es un alimento muy recomendable si se está haciendo alguna dieta, como sustituto de la pasta o el arroz. Además, se suele añadir a las ensaladas para darle un poco más de energía y tener así un plato más completo.
Está muy bueno y, si se siguen bien las instrucciones, es muy fácil de hacer. Lo ideal es hacer lo que suelo yo hacer: cocinar el fin de semana una cantidad generosa de quinoa y guardarla en la nevera. Así tengo quinoa lista para consumir en ensaladas o con verduras cualquier día de la semana.
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Espero que os guste.

INGREDIENTES

2 medidas de agua o caldo por cada 1 medida de quinoa

ELABORACIÓN

Empezaremos lavando la quinoa. Este paso es muy importante porque suele tener una ligera capa en la cáscara que puede amargar un poco el resultado final. Coged un colador muy fino (que no se cuelen las semillas) y lavarla bajo el grifo hasta que el agua salga limpia.

En un cazo mediano (el tamaño puede variar según la cantidad que hagáis), colocar la quinoa y el líquido. Encended el fuego a media intensidad.

Empezamos

Se puede usar tanto agua como caldo. Este último es solo para darle un poco más de sabor, sobre todo si tenéis pensado utilizarla para ensaladas. Remover un par de veces al principio, para evitar que algo se pueda pegar al fondo.

Dejad el cazo al fuego por unos 15 minutos o hasta que veáis que casi todo el líquido está evaporado. 

Ya está casi...

En este punto, retirar el cazo del fuego y taparlo. Dejar reposar por unos 10 minutos y ya estará listo.

Se puede consumir tanto caliente como frío.

¡Al ataque!

¡Que aproveche!