Trufas de galletas oreo

Bienvenidos de nuevo a La Mezcla Letal, Sara a los aparatos. Hoy os traigo una receta para los más golosos de la casa. Si os gustan las galletas oreo, ¿por qué no comérselas en forma de trufa? Están deliciosas y podéis elaborarlas como más os gusten. ¿Sois de los que preferís las galletas oreo con chocolate blanco? Entonces cubrirlas de chocolate blanco, y lo mismo con el chocolate negro o con leche. Aunque tardan un poco en hacerse, por el tema del reposo en la nevera y congelador, son muy fáciles de hacer. Y como hay que ensuciarse las manos, estoy segura de que será una receta muy querida por los más peques de la casa. La capa de chocolate para cubrir la trufa es indispensable, porque sin ella la trufa se nos derretiría en las manos a los 3 segundos de haberla cogido. Además, oreo y chocolate son una perfectísima combinación. Espero que os guste.




INGREDIENTES:

220g de oreo
200g de queso crema
chocolate negro para postres
chocolate blanco para postres

ELABORACIÓN:

Empezaremos triturando las galletas oreo. Para ello podemos utilizar tanto una procesadora de cocina como una bolsa y un rodillo. No deben quedar muy finas. La textura me ha quedado mejor siempre que he dejado trocitos visibles de galletas oreo. Si lo hacéis con la procesadora, triturar las galletas de poco en poco para que no se hagan demasiado finas. Si lo hacéis con una bolsa para guardar alimentos y un rodillo, introducir las galletas en la bolsa, cerradla y darle golpes con el rodillo hasta que queden trituradas.

¿Veis como aún se pueden ver trocitos de la galleta?

Una vez tengamos listas las galletas, introducirlas en un bol con el queso crema.

Las oreo con el queso crema

Para hacer la mezcla, me gusta empezar con una espátula y acabar con las manos. De esta manera, si me he dejado un trozo demasiado grande de galleta, lo puedo desmenuzar con los dedos. Un vez se tenga una mezcla con color homogéneo (o lo más homogéneo posible), introducir el bol en la nevera mínimo 1 hora, para que se endurezca y podamos hacer las bolas.

¡La masa se va a la nevera!

Pasada la hora, observaréis que la mezcla está considerablemente más dura, lo que hace más fácil la tarea de elaboración de las trufas. Ahora sí o sí os vais a tener que ensuciar las manos (sorry...). Coged una cuchara sopera, coged un poco de mezcla y pasárosla a las manos. Con movimientos circulares haced una esfera y reservarla en una bandeja o en un plato. Una vez hayamos hecho todas las trufas, introducir las trufas en el congelador una hora mínimo.

Antes del congelador...

Después del congelador

Por último pasaremos a hacer la cobertura. Cuando empecéis a derretir el chocolate, sacad las trufas del congelador para evitar que estén demasiado frías a la hora de sumergirlas en chocolate. Derretid el chocolate al baño María o al microondas (recordad: 10 segundos, sacar y remover, 10 segundos, sacar y remover, etc.).
Sumergir la trufa en el chocolate para que quede bien cubierta, recogerla con un tenedor para que caiga todo el exceso de chocolate posible y dejarla encima de una hoja de papel de horno. Si quisierais añadir alguna decoración con otro tipo de chocolate, esperad a que se solidifique la primera capa de chocolate para crear un pequeño relieve. Si, por otro lado, quisierais añadir alguna decoración que necesite estar pegado a la cobertura (como fideos de chocolate, azúcar de colores, etc.) deben añadirse cuando la cobertura siga húmeda (tened en cuenta que, al estar congelada la trufa la cobertura se secara MUY deprisa, por lo que habrá que actuar rápido).

Haciendo la cobertura

Una vez esté solidificada la cobertura de todas las trufas, dejarlas reposar en la nevera para que sigan frías pero se descongelen (os dejaréis un diente si intentáis comeros alguna en este momento de lo frías que estarán). En unos 30 min tendrán la temperatura perfecta para ser consumidas. Guardar siempre en la nevera.

Trufas con cobertura simple de chocolate blanco (izq.) y chocolate negro (derecha)

La trufa por dentro

¡Que aproveche!