1.- usar una cuchara muy larga (para cuando tengamos que remover la salsa).
2.- No realizar movimientos bruscos (siempre con mucho cuidado y de forma suave)
3.- Usar un cazo viejo, que no te importe estropear. Lo más normal es que no pase nada, que no se estropee, pero muchos de los accidentes por quemaduras han sido por intentar despegar, durante el proceso, el caramelo del fondo del cazo, lo que provoca que hagamos movimientos bruscos, con mucha probabilidad de que salpique salsa fuera.
4.- Mucha paciencia. Sobretodo en el proceso final. Si tenéis que estar 15 minutos para incorporar la nata, estad 15 minutos, sin problema.
5.- Cocinar vestidos. Parece una tontería decirlo, pero sí, cuanto menos espacio de piel para que se queme, mejor (esto no quiere decir que, si estáis en verano, os pongáis manga larga; pero llevad algo más que el bikini...).
6.- Que el cazo sea lo suficientemente grande como para que la salsa no rebose.
Espero no dejarme nada :) Si se me ocurriese algo ya lo añadiré. Decir que, esta salsa de caramelo no es igual que el caramelo común. Cuando se enfríe no se volverá dura como el caramelo, sino que conservará la textura de salsa densa y cremosa. Por tanto, no es necesario ni hacerla en el momento que se quiera consumir ni tirar lo que sobre, se puede guardar perfectamente para gastarla otras veces. Espero que os guste.
